miércoles, 23 de agosto de 2017

Libro y Pelicula: Los puentes de madison


Los puentes de Madison


Si existe algo en la vida que sea tremendamente difícil de explicar, es el amor entre los seres humanos, al menos yo me siento incapaz de hacerlo.

Por eso creo que las dos cartas que Robert envió a lo largo de los años a Francesca, y que ella conservó hasta el fin de sus días, lo puede definir mucho mejor:

Carta n°2

16 de Agosto de 1978 

Querida Francesca: 

Espero que te encuentres bien. No sé cuándo recibirás esta carta. Algún tiempo después de mi partida. Tengo sesenta y cinco años, y hoy hace trece que nos conocimos, cuando entré en tu sendero para pedir indicaciones. 

Espero que este paquete no perturbe tu vida en modo alguno. 
No podría soportar pensar que las cámaras queden en estuches gastados en algún negocio de segunda mano, o en poder de un desconocido. Estarán bastante estropeadas cuando te lleguen. 
Pero no tengo a quien dejárselas, y te ruego que me perdones por ponerte en riesgo enviándotelas. 

Entre 1965 y 1975 estuve casi todo el tiempo viajando. 
Para alejar la tentación de llamarte o ir a verte, una tentación que tengo virtualmente en todos mis momentos de vigilia. Acepté todas las misiones que pude fuera del país. 
A veces, muchas veces, me dije: "Al diablo, me voy a Winterset. Iowa, y me llevo a Francesca conmigo a cualquier costo". 

Pero recuerdo tus palabras, y respeto tus sentimientos. 
Tal vez tengas razón; no lo sé. 
Lo que sé es que salir de tu sendero esa calurosa mañana de un viernes fue lo más duro que me tocó hacer en la vida. 
En realidad dudo de que muchos hombres hayan hecho jamás algo tan difícil. 

Dejé el National Geographic en 1975 y dediqué el resto de mis años de fotógrafo a cosas elegidas por mí, haciendo algún trabajo donde lo encontraba, temas locales o regionales que sólo me obligan a estar afuera por unos días cada vez. 
Desde el punto de vista financiero es duro, pero me las arreglo. Siempre me las he arreglado. Gran parte de mi trabajo gira alrededor de Puget Sound, y eso me gusta. 
Parece que cuando los hombres envejecen se acercan al agua. 

Ahora tengo un perro, un perdiguero dorado. Lo llamo "Camino", y viaja conmigo casi todo el tiempo, sacando la cabeza por la ventanilla, buscando buenas presas. 
En el setenta y dos me caí de un acantilado en Maine, en el parque nacional de Acadia, y me fracturé un tobillo. 
Con la caída se rompieron la cadena y el medallón. 
Afortunadamente cayeron cerca. 
Los encontré y mandé repararla cadena a un joyero. 

Vivo con el corazón cubierto de polvo. 
Esa es la mejor manera en que puedo expresarlo. 
Hubo mujeres antes de ti, algunas, pero después de ti ninguna. 
No hice ningún voto de celibato; sencillamente no me interesan. 

Una vez vi un ganso en Canadá a quien unos cazadores le habían matado la pareja. 
Sabes que se aparean para toda la vida. 
El ganso anduvo en círculos alrededor del estanque durante muchos días después de lo sucedido. Cuando lo vi por última vez nadaba solo en medio del arroz silvestre, siempre buscando. Supongo que la analogía es demasiado obvia para el gusto literario, pero es así como me siento. 

En mi imaginación, en mañanas neblinosas o en tardes en que el sol se pone sobre las aguas al noroeste, trato de pensar qué puede ser de tu vida y qué estarás haciendo mientras pienso en ti. 
Nada complicado... salir al jardín, sentarte en la hamaca del porche, estar de pie ante la pileta de la cocina. 
Cosas así. 
Recuerdo todo. 
Tu olor, tu sabor de verano. La sensación de tu piel contra la mía, tus susurros cuando te amaba. 

Una vez Robert Penn Warren usó esta frase: "... un mundo que parece abandonado de Dios...". No está mal, se parece bastante a lo que siento a veces. 
Pero no puedo vivir siempre así. 
Cuando esos sentimientos se hacen demasiado intensos, cargo las cosas en Harry y me voy de viaje por unos días con Camino. 

No me gusta tenerme lástima. No soy de esa clase de hombre. 
Y la mayor parte del tiempo no me siento así. 
En cambio me siento agradecido por haberte encontrado. Podríamos haber pasado uno junto al otro sin percibirnos, como dos porciones de polvo cósmico. 

Dios o el universo, o lo que uno elija para nombrar los grandes sistemas de equilibrio y orden, no reconoce el tiempo terrestre. Para el universo, cuatro días no es distinto de cuatro mil millones de años luz. Yo trato de tenerlo siempre presente. 
Pero, al fin y al cabo, no soy más que un hombre. 
Y todas las elucubraciones filosóficas que puedo conjurar no me salvan de desearte, todos los días, a cada momento ni del despiadado gemido del tiempo, el tiempo que nunca puedo pasar contigo, dentro de mi cabeza. 

Te amo profundamente, totalmente. Y será siempre así. 

El Ultimo cowboy, Robert 

P.S.: El verano pasado le puse un motor nuevo a Harry. Anda muy bien. 


Libro y Película; Los Puentes de Madison

lunes, 21 de agosto de 2017

Libro y Pelicula: Los puentes de madison


Los puentes de Madison

Si existe algo en la vida que sea tremendamente difícil de explicar, es el amor entre los seres humanos, al menos yo me siento incapaz de hacerlo.

Por eso creo que las dos cartas que Robert envió a lo largo de los años a Francesca, y que ella conservó hasta el fin de sus días, lo puede definir mucho mejor:

Carta n°1 

10 de Septiembre de 1965 

Querida Francesca: 

Te envío dos fotografías. 
Una es la que te tomé en el campo a mediodía. Espero que te guste tanto como a mí. 
La otra es de Roseman Bridge antes que yo retirara la nota que tú habías clavado allí con una tachuela. 

Estoy sentado aquí, recorriendo las zonas grises de mi mente en busca de cada detalle, cada momento que pasamos juntos. 
Me pregunto una y otra vez, "¿Qué pasó en Madison County, Iowa?", y trato de armarlo todo. Por eso escribí el breve texto "Al caer de la dimensión Z" que te envío, en un intento de aclarar mi confusión. 

Miro a través de un lente, y estás tú en el otro extremo. 
Empiezo a escribir un artículo, y estoy escribiendo sobre ti. 
Ni siquiera sé muy bien cómo volví aquí desde Iowa. De alguna manera el viejo camión me trajo a casa, pero apenas recuerdo los kilómetros que recorría. 

Hace unas semanas me sentía equilibrado, razonablemente satisfecho. Tal vez no profundamente feliz, tal vez un poco solo, pero al menos contento. Ahora todo ha cambiado. 

Ahora sé que estuve yendo hacia ti, y tú hacia mí desde hace largo tiempo. 
Aunque ninguno de los dos percibía al otro antes que nos conociéramos, había una especie de certeza inconsciente que cantaba alegremente bajo nuestra ignorancia, asegurando que nos reuniríamos. Como dos pájaros solitarios que vuelan por las grandes praderas por designio de Dios, en todos estos años y estas vidas hemos estado yendo el uno hacia el otro. 

El camino es un lugar extraño. Por él andaba yo arrastrando los pies y allí estabas tú, caminando por el pasto hacia mi camión un día de agosto. 
Viéndolo retrospectivamente parece inevitable (no pudo haber sido de ninguna otra manera), un caso de lo que yo llamo la alta probabilidad de lo improbable. 
De manera que aquí estoy, andando por ahí con otra persona dentro de mí. 
Aunque creo que lo expresé mejor el día que nos separamos, cuando dije que hay una tercera persona que hemos creado de nosotros dos. 
Y ahora me acecha ese otro ser. 

De alguna manera tenemos que volver a vernos. 
En cualquier lugar, en cualquier momento. Puedo ocuparme de los pasajes de avión, si eso es un problema. 
Me voy al sudeste de la India la semana que viene, pero estaré de vuelta a fines de octubre. 

Te amo. Robert. 

PS: El proyecto de fotografía en Madison County salió muy bien. Búscalo en NG el año que viene. O dime si quieres que te mande un ejemplar del número cuando se publique. 



Libro y Pelicula: Los Puentes de Madison

sábado, 19 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de madison


Cuando la muerte acecha y el miedo a lo terreno deja paso a la incertidumbre de lo que hay después, lo que realmente importa es que aquellas personas a las que quise y quiero, lleguen a conocerme realmente



Frases: Los puentes de Madison

jueves, 17 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de madison

Dime porqué me debo quedar. 

Convénceme una vez mas de porqué debo irme, Robert





Libro y Película: Los puentes de madison

martes, 15 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de madison

- No quiero necesitarte...

- ¿Por qué?

- ¿Por qué? 
Porque no puedo tenerte

Libro y Película: Los puentes de madison

domingo, 13 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de madison

Los amores imposibles no pueden desarrollarse, transformarse, modificarse... por lo tanto, nunca mueren





Libro y Película: Los puentes de madison

viernes, 11 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de Madison

Hace unas semanas me sentía equilibrado, razonablemente satisfecho. 

Tal vez no profundamente feliz, tal vez un poco solo, pero al menos contento.
Ahora todo ha cambiado. 

Ahora sé que estuve yendo hacia ti, y tú hacia mí desde hace largo tiempo. 

Aunque ninguno de los dos percibía al otro antes que nos conociéramos, había una especie de certeza inconsciente que cantaba alegremente bajo nuestra ignorancia, asegurando que nos reuniríamos. 
Como dos pájaros solitarios que vuelan por las grandes praderas por designio de Dios, en todos estos años y estas vidas hemos estado yendo el uno hacia el otro.


Libro y Película: Los puentes de Madison

miércoles, 9 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de Madison

Medía menos de un metro setenta, andaba por los cuarenta o poco más, tenía una linda cara y un cuerpo hermoso, cálido. 

Pero dondequiera que iba encontraba mujeres bonitas. 

Esas cosas físicas eran agradables, pero para Robert la inteligencia y la pasión que nacen de vivir, la capacidad de conmover y de conmoverse con sutilezas de la mente y el espíritu, era lo que realmente contaba. 

Por eso no encontraba atractivas a la mayoría de las mujeres jóvenes, resultándole indiferente su belleza exterior. 

No habían vivido ni sufrido lo suficiente como para poseer esas cualidades que le interesaban



Libro y Película: Los puentes de Madison

lunes, 7 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de madison

Sólo lo diré una vez. 

No lo había dicho nunca, pero esta clase de certeza solo se presenta una vez en la vida



Libro y Película : Los puentes de madison

sábado, 5 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de Madison

Cuando haya terminado con el puente que vimos hoy, no tendrá el aspecto que tú piensas. Lo habré convertido en algo mío, por la elección del lente, o el ángulo de la cámara, o la composición general, y más probablemente por la combinación de todo eso. 

Yo no me limito a tomar las cosas como se dan; trato de convertirlas en algo que refleje mi conciencia personal, mi espíritu. 
Trato de encontrar la poesía en la imagen. 
La revista tiene su propio estilo y sus exigencias, y yo no siempre estoy de acuerdo con el gusto del editor; en realidad la mayor parte del tiempo no lo estoy.





Frases: Los puentes de Madison

jueves, 3 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de Madison

Dios o el universo, o lo que uno elija para nombrar los grandes sistemas de equilibrio y orden, no reconoce el tiempo terrestre. 

Para el universo, cuatro días no es distinto de cuatro mil millones de años luz. 

Yo trato de tenerlo siempre presente. Pero, al fin y al cabo, no soy más que un hombre. Y todas las elucubraciones filosóficas que puedo conjurar no me salvan de desearte, todos los días, a cada momento ni del despiadado gemido del tiempo, el tiempo que nunca puedo pasar contigo, dentro de mi cabeza. 

Te amo profundamente, totalmente. 
Y será siempre así.


Libro y Película: Los puentes de Madison

martes, 1 de agosto de 2017

Frases: Los puentes de Madison

Robert, hay un ser dentro de ti que yo no llego a sacar a la superficie, que no tengo fuerzas suficientes para alcanzar. 

A veces siento que hace mucho tiempo que estás aquí, más que una vida, y que has estado en lugares con los que ninguno de nosotros ha soñado jamás. 

Me asustas, a pesar de que eres muy delicado conmigo. 

Si no luchara por controlarme cuando estoy contigo, sentiría que puedo descentrarme y no encontrar retorno.



Libro y Película: Los puentes de Madison