domingo, 21 de enero de 2018

Frases: Libro De los amores negados

Había llegado a la orilla, y se había sentado a escuchar el vaivén de las olas...su respirar y expirar constantes.


En ese momento, había entendido que las olas eran la respiración del mar; venían y se iban en un sí y no constantes.

Decián sí cuando llegaban y lamían la arena, y no cuando se alejaban.

Sï...cuando poseían.

No...cuando abandonaban.



Libro: De los amores negados

Ángela Becerra

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