Las lágrimas se le habían ido secando y había cosa peor que perder las lágrimas, porque las lágrimas lavan... porque cuando se pierden las lágrimas se va perdiendo la tristeza, y al perder la tristeza se pierde el camino que lleva a la alegría, a la dicha de saberse vivo y vivido.
Libro: De los amores negados
Angela Becerra
No hay comentarios:
Publicar un comentario