Recuperar la alegría
Hacer frente a las adversidades se vuelve complicado cuando todas aparecen al mismo tiempo. No obstante, en cualquier situación, la alegría se trabaja desde dentro.
Hay ocasiones en la vida que parecen corroborar aquella frase que dice que las desgracias nunca vienen solas. A veces parece que todo nos sale mal y resulta difícil encontrar la luz al final del túnel. Sin embargo, si hacemos un esfuerzo por recuperar la alegría, hallaremos la paz necesaria para atravesar esta dura situación.
La vida se compone de ciclos, algunos más positivos que otros. La única verdad irrefutable es que es prácticamente imposible no enfrentar en algún momento la frustración, la decepción o la tristeza. No obstante, en nuestras manos está no dejarnos llevar por la desesperanza y trabajar mentalmente para recuperar la alegría.
¿Por qué perdemos la alegría?
Cada uno de nosotros tiene un umbral diferente para el dolor emocional. Algunas personas cuentan con más destreza que otras para afrontar las complicaciones con optimismo y esperanza. En cualquier caso, cuando varios ámbitos de nuestra vida no están funcionando de la manera esperada, es común que la tristeza se instale en nosotros.
Existen principalmente cuatro áreas que, en función de su estado, determinan el grado de satisfacción vital de una persona:
Familia: contar con buenos lazos afectivos con nuestros familiares. Sentir que pertenecemos, que somos aceptados, apoyados y amados.
Amigos: unas relaciones sociales satisfactorias son verdaderamente importantes para gozar de una buena salud tanto física como mental. Todos necesitamos tener cerca amigos de verdad con quienes nos sintamos comprendidos y valorados.
Pareja: para muchas personas establecer una relación de pareja es uno de los pilares fundamentales de su vida. Contar con alguien con quien el amor, el respeto y el compromiso sean mutuos.
Trabajo: encontrarnos en un empleo que nos disgusta puede minar significativamente nuestro estado de ánimo, ya que es el lugar en el que pasamos la mayor parte de nuestros días. Por otro lado, estar sin empleo supone un duro golpe emocional dado que nos resta independencia y en ocasiones afecta nuestro sentimiento de valía personal.
Un cúmulo de infortunios
Cuando, en general, nuestra situación personal en todos los ámbitos es favorable, somos capaces de asumir que uno de ellos flaquee. Si terminamos la relación con nuestra pareja podemos apoyarnos en nuestros amigos y familiares. Por otro lado, si surge un problema familiar es más sencillo sobrellevarlo con el apoyo de nuestra pareja.
La dificultad viene cuando varias de estas áreas se tambalean al mismo tiempo. Si perdemos nuestra independencia económica al mismo tiempo que nos deja nuestra pareja y no contamos con amistades en quienes confiar, podemos llegar a sentir verdadera angustia.
Nuestra mente comenzará a vagar por todo aquello que no ha salido como deseábamos y nos encontraremos tan confusos y desorientados que no sabremos cómo continuar. Es en este momento cuando las emociones negativas se apoderan de nosotros y nos sentimos sin fuerzas para combatirlas.
¿Cómo recuperar la alegría?
Mantén la calma, puedes utilizar alguna técnica de relajación para lograrlo. Cuando controlamos nuestra respiración, la mente se se tranquiliza al mismo tiempo. Ser presa del pánico no ayudará en ninguna circunstancia, por ello trata siempre de mantener un bajo nivel de activación.
Acepta la realidad. Luchar contra la corriente solo servirá para agotarte y desesperarte aún más. Asumir que las cosas son como son te permitirá ampliar tu perspectiva. Ahora te encuentras en un momento difícil, pero es pasajero y saldrás adelante
Aceptar no es resignarse. Es reconocer el punto en el que te encuentras y comenzar a actuar a partir de ahí. Toma decisiones para cambiar tu situación, pero no trates de arreglar todos los frentes al mismo tiempo. Ve tomando acción paso a paso y el sentirte cada día más cerca de tu meta te animará a continuar.
Acostúmbrate a valorar y agradecer lo que permanece en tu vida. A pesar de que algunas cosas que no funcionen, seguramente otras si lo harán. Aprende a apreciar los pequeños detalles de la vida y a encontrar la felicidad en ellos. De esta manera no dejarás espacio en tu mente para la negatividad.
Cuida tus pensamientos, pues son los que generan tus emociones. Cambia tu diálogo interno derrotista por otro que te recuerde tus fortalezas y te motive a continuar.
Cuida de ti mismo, no te dejes llevar por la apatía. Cada día realiza pequeñas actividades que te resulten gratificantes. Al final la vida es como montar en bicicleta: para mantener el equilibrio hay que seguir hacia adelante.
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