Tiempo hacía que arrastraba solicitudes en medio de cócteles, champán, risas, discursos y cara de niña buena?
No había peor soledad que aquella que se vivía acompañada de carcajadas y felicidades ajenas... y de eso, iba atiborrada. Acababa de descubrir que sufría de soledad crónica.Sin querer, sus labios dibujaron una sonrisa; este gesto no pasó desapercibido para Fiamma, quien en sus años de experiencia había descubierto que cuando las personas no podían soportar algo que les dolía demasiado, recurrían a la risa para ocultar su pena...
(De los amores negados - Ängela Becerra)
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